¿Qué es el estrés y cómo nos afecta?

Sentimos que estamos abrumados con los problemas, los horarios, las obligaciones, con las expectativas propias y las de los demás. Estamos estresados y el cuerpo nos lo informa, nos alerta, pone un cartel: «¡Ey, no puedo con esto, dame atención!». Generalmente, y más en estos tiempos, no le prestamos atención, pero hacemos mal, así que vamos a entender de qué hablamos: ¿Qué es el estrés?

Estrés es «un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil», según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tengo un matiz con esa definición: no es solo mental, es también físico.

Y la OMS continúa: «Todas las personas tenemos un cierto grado de estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos». Ahora sí, ya estamos más de acuerdo, y abordaremos esto con mayor profundidad. Pero la clave en esto es la siguiente: de por sí, el estrés NO es malo. Lo malo, lo que nos puede dañar, es la forma en que reaccionamos ante él y ante las circunstancias que lo propician.

¿Qué es el estrés? Veamos un ejemplo

Vamos caminando por la calle y de una casa escapa un perro. Es enorme y, a juzgar por su actitud, lo que quiere es quedarse con un pedazo de nuestro cuerpo.

¿Qué hacemos? ¿Paramos a pensar, tomamos lápiz y papel y evaluamos las mejores oportunidades de escape?

¡NO! ¡SALIMOS CORRIENDO!

La situación nos alertó, estábamos en peligro y el cuerpo se puso en marcha. Así funciona esto desde hace millones de años. El estrés es útil, nos salva y el perro no nos muerde.

¿Cuáles son los efectos del estrés?

Aquí es donde hay que empezar a profundizar en la explicación. Porque una cosa es una situación estresante, de la que salimos gracias a un aceitado sistema que la naturaleza nos ha dado, y otra muy distinta es vivir estresados, pasar al estrés agudo o el estrés crónico.

Para explicar esto vamos a recurrir a La Hiperactina, ese genial canal de Youtube que tiene respuestas a todas las dudas que se les puedan ocurrir en temas médicos y científicos (¡Sí, soy fan!). Allí nos explican que para sobrevivir, el cuerpo requiere de la homeostasis, ese ajuste constante que se va realizando de nuestra temperatura, presión sanguínea, azúcar en sangre, oxígeno y hormonas.

Y justamente, el estrés «es la respuesta que genera nuestro cuerpo frente a un estímulo (físico o psicológico) que amenaza con interrumpir nuestra homeostasis». Y en ese momento se desencadena una revolución interna.

Cuando nos encontramos ante una situación estresante el cuerpo desata una respuesta rápida que involucra a las neuronas, a la hipófisis y a las glándulas suprarrenales. Se secreta adrenalina, que como explica Mayo Clinic, «aumenta la frecuencia cardíaca, eleva la presión arterial y los suministros de energía» y también se segrega cortisol, conocido como «la hormona del estrés«.

Y es el cortisol el que aumenta la glucosa en sangre, mejora el uso de glucosa en el cerebro, aumenta la disponibilidad de sustancias que reparan los tejidos (por si el perro nos muerde), «limita las funciones que serían no esenciales o perjudiciales en una situación de lucha o huida, altera las respuestas del sistema inmunitario y suprime el sistema digestivo, el sistema reproductor y los procesos de crecimiento».

El cuerpo entero se arma hasta los dientes para enfrentar la amenaza. Y, si todo quedara allí, no habría problema: perro malo – estrés – revolución hormonal – escapo sano y salvo – vuelta a la normalidad.

¿Pero qué pasa cuando lo que nos genera el estrés no es un perro, sino un estado continuado de tensión, exigencias del trabajo o el estudio, la falta de dinero, una enfermedad o cualquier otra situación de la vida cotidiana que presiona fuerte contra nuestra salud mental? ¿Qué pasa cuando nunca dejamos de vivir en alerta y el cortisol es nuestro compañero de ruta más fiel?

Hombre que sufre el estrés
Hombre que sufre el estrés. Foto: Foto de Luis Villasmil en Unsplash

Manejar el estrés: ¿Por qué es tan necesario?

El problema se genera cuando se prolonga, cuando se transforma en estrés crónico y nuestra vida transcurre en modo alerta. Todo ese mecanismo que se desencadenó ante la amenaza puntual está pensado para durar poco, no para instalarse por años. Si los sistemas del cuerpo trabajan en tensión constante, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, por ejemplo.

Pero además, sufre nuestro intestino, nuestro estómago (¿de dónde creen que viene la acidez estomacal?) y también nuestras defensas.

Y como alerta La Hiperactina, también el estrés crónico puede alterar la estructura de nuestro cerebro, afectando al hipocampo y la corteza prefrontal, que tienen funciones tan importantes como la memoria, el aprendizaje y la toma de decisiones.

En resumen

  • Si no controlas el estrés, puedes enfermar
  • El estrés crónico es altamente riesgoso si no le prestas atención
  • El estrés se puede controlar
  • Hay muchas técnicas muy eficaces para enfrentarlo y están al alcance de todos
  • La atención psicológica y psiquiátrica son claves en este proceso
  • Las alertas son claras, solo hay que estar atento

3 comentarios en «¿Qué es el estrés y cómo nos afecta?»

Deja un comentario