5.30 am.
Un despertar sobresaltado, raro, inquieto. Tiemblo.
¿Qué me pasa?
Quiero levantarme de la cama, siento miedo, pero lo hago.
Voy rumbo al baño y siento que detrás de mí solo hay vacío.
¿Qué es esto?
Siento el pulso acelerado y pienso en tomar un tranquilizante que me permita volver a descansar, porque en dos horas tendré que levantarme a trabajar y no puedo faltar, no puedo no cumplir. Entonces, a ese estado confuso y angustiante se suma la preocupación por las obligaciones, el deber, el qué dirán, la vergüenza de cómo explico por qué no puedo ir…
Vuelvo a la idea de la pastilla. La imagen que se me representa es que si la tomo y me duermo, quizá no pueda volver a despertarme nunca.
Tengo miedo de morir.
No la tomo, vuelvo a la cama.
Tiemblo.
Mi pareja, que tiene la capacidad de dormir a pesar de todos los ruidos del mundo, se despierta, sobresaltado, y pregunta: “¿Estás bien?”.
No.

Luego lo supe, eso fue un ataque de ansiedad. O también llamado ataque de pánico.
Con abrazos, aire fresco y un llanto largo y reparador logré reponerme.
Ese fue un momento bisagra en mi vida. En ese momento comprendí que todo se transforma. Para bien y para mal.
Entonces, entendí que estaba exigiendo demasiado a mi cuerpo y a mi mente. Que no hay nada en el mundo, nada, que justifique llegar al punto de sentir que voy a morir. No hay salario, horario, cargo o exigencia del jefe, del mundo, del qué dirán.
No hay nada que valga más que mi salud mental.
Así fue como nació Todo se transforma
El camino hasta llegar a compartirlo fue largo. Tuvo y tiene otros episodios similares, y llantos, bajones y subidas; alegrías y aprendizajes, pérdidas y ganancias, terapia, preguntas infinitas y respuestas que siguen llegando y sanando.
En este blog, que decidí llamar Todo se transforma, comparto lo que aprendí y lo que sigo aprendiendo sobre salud mental. Las herramientas que me ayudan a enfrentar el estrés, las excusas que me puse, los golpes que me llevé, las alegrías que fueron llegando y el orgullo de abandonar para siempre el «no puedo».
Estoy segura de que somos muchos en la misma situación.
Si puedo ayudar solo a uno, ya será un éxito.